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¿Cuántas veces le han dicho —en concreto su madre— “ponte
derecho”, “estírate”, “estás encorvado”...? Confesémoslo: es uno de los grandes
consejos maternales que menos seguimos. Y trae consecuencias… No nos saldrá
chepa, pero lo que comienza, quizá, por simple dejadez, termina traduciéndose
en centímetros de menos. “La adopción de una postura incorrecta, por falta de
tono de la musculatura que mantiene erguida nuestra columna vertebral nos hace
disminuir de talla. Y si esta falta de tono se mantiene en el tiempo, nuestra
espalda acaba adoptando esa posición de forma permanente. Esto es muy frecuente
en adolescentes, personas que trabajan mucho tiempo sentadas y mujeres con
mucho pecho”, explica la doctora María Ángeles de los Santos Martín-Bejarano,
especialista en Medicina Deportiva y directora médica de la Clínica Beiman para
Barceló Montecastillo. “Además, al ir encorvados, provocamos acortamiento y
tensión en la musculatura, lo que con el tiempo nos producirá dolor, rigidez en
las articulaciones y pérdida de movilidad. Para más inri, esta mala postura
puede llegar a producir tensiones en otras regiones de nuestro cuerpo, como la
pelvis o las piernas, y causar una lesión a largo plazo”, advierte la experta.
Afortunadamente, tiene arreglo. “Siempre que no exista una
patología en la columna se puede corregir con ejercicio físico y buena higiene
postural”, prosigue María Ángeles. Marcos Flórez, nuestro experto en deporte,
diseña para usted un programa para conseguirlo: “Podrá comprobar su eficacia
midiéndose antes y después de entrenar. Eso sí: pasadas unas dos horas lo
normal es volver a medir más o menos lo mismo que al inicio... No se
desilusione: al cabo de unas semanas de ejercicio los resultados se mantendrán
en el tiempo”, puntualiza el entrenador.
Abdomen, retroversión de pelvis con los pies en el suelo
Túmbese bocarriba y apoye completamente las plantas de los
pies. Inspire y, al tiempo que expira, bascule la pelvis cerrando el hueco
lumbar. Desde esta posición intente alargar su cuerpo como si alguien tirara de
una cuerda anclada a su coronilla. Mantenga la posición durante cinco segundos.
Haga cinco repeticiones.
Abdomen, plancha y flexión de cadera
Tumbado bocabajo en el suelo, pase a apoyarse tan solo en
pies y manos, con el cuerpo completamente recto (y despegado del suelo).
Inspire y vaya soltando el aire a la vez que eleva las caderas hacia el techo.
Una vez no pueda subirlas más, empuje con las manos hacia el suelo para
estirarse. Regrese a la segunda posición (apoyado sobre pies y manos y sin
tumbarse de nuevo). Haga cinco repeticiones de cinco segundos cada una.
Lumbares, glúteos y hombros
De nuevo tumbado bocabajo, extienda los brazos por encima de
la cabeza. Separe un brazo del suelo y haga lo mismo con la pierna contraria, a
la vez que intenta alargarlos todo lo posible. Mantenga esta posición durante
cinco segundos. Cambie de lado y repita el ejercicio. Ejercite cada lado cinco
veces.
Abdominal oblicuo
Túmbese bocarriba, coloque un brazo a lo largo del tronco
(junto a él) y flexione la pierna del mismo lado. Extienda el otro brazo por
encima de la cabeza y alárguelo, junto con la pierna de ese mismo lado, tanto
como pueda. Mantenga la posición durante cinco segundos. Desde ahí, arquee ligeramente
el cuerpo lateralmente hacia al lado contrario de las extremidades que esté
estirando. Mantenga cinco segundos. Cambie de lado, y repita todo cinco veces.
Fuente: Suplemento Buena Vida de El País
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