miércoles, 18 de febrero de 2015

Como prevenir las contracturas más habituales

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Seguro que en más de una ocasión hemos tenido alguna contractura en cualquier parte del cuerpo. Siempre digo que los masajes y los estiramientos son una buena manera de evitarlas o mitigarlas, pero la prevención y la corrección postural es esencial, sobre todo en determinadas contracturas. En este post os quiero dar algunos consejos para evitar las más habituales.

La zona lumbar y la cervical suelen ser las más afectadas a la hora de contracturarse, por ello es necesario que sepamos detectar lo que estamos haciendo mal y cómo evitarlo. Prevenir es la base de todo, y más en estos casos, ya que los esfuerzos y los malos hábitos son nefastos a la hora de evitar hacernos daño. Al final no dedicar unos minutos a controlar estos aspectos pueden tener una serie de consecuencias peores para todos nosotros.

Contracturas en la zona cervical


Las contracturas de la zona cervical suelen ser muy comunes en la gente que trabaja frente a un ordenador, y es que la postura es importante a la hora de evitar este malestar. Utilizar una buena silla es el comienzo, además de mantener la espalda recta al sentarnos, la cabeza mirando al frente y no al teclado, ya que al bajarla estaremos doblando la columna en la parte cervical, aumentando la tensión en la zona y propiciando el dolor.

Evitar adelantar los hombros al escribir en el teclado es otro punto a tener en cuenta si no queremos sufrir de dolores en la espalda. Lo ideal es apoyar toda la espalda sobre la silla, y que esta cubra toda la espalda, no que quede a la mitad, ya que de este modo parte de la tensión la soportaría la parte cervical. Además, los brazos deben quedar a los lados reposados, cuando estemos escribiendo en el teclado. De este modo la tensión disminuirá y con ello el riesgo de lesionarnos.

Contracturas de la zona lumbar


La parte lumbar es otra de las que se suele cargar de manera habitual. Esto suele deberse a que no sabemos equilibrar bien el peso del cuerpo y lo descargamos en esta zona, haciendo que nos duela esta parte en exceso. Normalmente puede deberse a que arqueamos demasiado la espalda o a que a la hora de caminar, estar de pie, correr… no descargamos bien el peso en las piernas o lo hacemos solamente en una.

Para evitar esto es importante que seamos conscientes de la importancia que tiene saber estar de pie. Colocar las piernas equilibradas y paralelas, de modo que aguanten toda la carga del cuerpo. Si puede ser, doblar ligeramente las rodillas será una buena manera de repartir la tensión por toda la pierna. A esto hay que sumar el uso de calzado adecuado con un poco de tacón, como 2 centímetros, para evitar sobrecargar la zona lumbar y repartir mejor la carga.

Fuente: Vitonica.com 

lunes, 16 de febrero de 2015

Mitos dañinos sobre la vida que hay que desterrar

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Aquí os dejo una pequeño listado de mitos que deberíamos olvidar desde ya mismo por nuestra salud mental y emocional. Habrán muchos otros, basta con que paremos a pensarlo. No olvidademos que si queremos cambios en nuestras vidas los que primero tenemos que cambiar somos nosotros mismos!
 

1. Sólo hay una definición de éxito

Y esto implica una carrera consolidada, una casa grande, un buen cuerpo, un matrimonio y vacaciones todos los años. Todo el mundo tiene su propio camino por recorrer en esta vida; lo que aporta el verdadero significado y satisfacción difiere entre cada uno de nosotros. Olvídate de encajar en el statu quo establecido. Vive, trabaja, sal, juega, crea, viaja, come, bebe, muévete, ríete y canta lo que te apetezca y haga que te sientas bien con tu alma. Ése es el verdadero éxito.

2. La vida siempre tiene que ser dura

La vida debe ser fácil, bonita y rebosante de momentos de alegría y felicidad. Cuanto más escuches a tu alma y construyas una vida para ti, más naturales y sencillas te parecerán tus acciones. Si la vida es una lucha constante, corres por el vacío y temes los lunes, es hora de echar un vistazo sincero a tu vida (de forma cariñosa).

3. La vida ocurre sin más

El lugar donde estás ahora es consecuencia de las decisiones que tomaste en el pasado. El lugar donde estarás en el futuro es consecuencia de las decisiones que estás tomando ahora mismo. Eres participante activo de la creación de tu vida. Así que acepta tu poder como creador y empieza a elegir los pensamientos, palabras y acciones que tienen un impacto positivo y que te serán devueltas en un millón de bonitas formas.

4. Hay algo que llamamos normal, así que todos debemos medirnos en base a ello

No existe el humano normal, pero sí un tú normal en el que eres completamente tú, te quieres profundamente y piensas y actúas de forma acorde con tu alma. Que tu compás interno sea tu único punto de referencia.

5. Existe un nosotros y un ellos

Dibujamos una línea alrededor de nuestros círculos sociales y familiares, dejando fuera a quien no encaje exactamente con nuestra definición de normal, interesante o digno de nuestra atención. Todo el mundo tiene diferentes aptitudes, pasiones y manías, pero también todo el mundo tiene la misma luz en el interior. Tú tienes la misma que yo, la misma que el desconocido del bus y la misma que aquel al que consideras tu enemigo.

6. Tenemos que competir por recursos limitados

La vida tiene que ser abundante y sin límites. Creamos la escasez porque creemos en ella, en vez de concentrar nuestros esfuerzos en generar, dar y contribuir con nuestro talento para ayudar a la humanidad a alcanzar su máximo potencial. Relájate, respira hondo y siente que siempre tendrás un apoyo.

7. La felicidad procede de cosas externas

Hacemos que nuestra felicidad dependa sólo de factores externos, como nuestra apariencia, saldo bancario, trabajo, planes de viajes, posesiones y la opinión de los demás. Y sufrimos por ello. La felicidad verdadera y sostenible viene de dentro, de cultivar la mente y el pensamiento basándose en la gratitud, la reflexión y la aceptación.

8. Tener resentimientos y envidias es una parte natural de la vida

Cuando sentimos que alguien nos ha fallado, nos aferramos a la memoria y no se nos olvida en semanas e incluso años. De lo que no conseguimos darnos cuenta es de que nos convertimos en rehenes. Según el dicho budista, "guardar rencor es como coger unas brasas para tirárselas a alguien; eres tú quien se quema las manos". Que el perdón sea tu nuevo lema. Ya verás cómo tu alma se hace más libre y ligera.

9. Nos pasa algo

Estamos plagados de sentimientos de inadecuación e inutilidad, posponiendo la autoaceptación y el amor por uno mismo hasta un futuro en el que seamos más delgados, ricos, confiados y populares. Eres perfecto y completo simplemente tal cual eres. Aunque ansías mejorar y crecer, ya estás pleno. Como dice el proverbio budista: "Todos somos perfectos tal y como somos".

10. Importa lo que otras personas piensan de nosotros

Gastamos demasiada energía, fuerza y paz interna preocupándonos de lo que los demás piensan de nosotros. Lo cierto es que ni siquiera podemos saber lo que otras personas piensan de nosotros. Por tanto, cuando tu ego empiece a llenarte de dudas y miedo, recuerda que es una historia de ficción.

11. Vemos las cosas como son en realidad

La forma en que percibimos el mundo se ve muy influenciada por nuestras creencias y experiencias pasadas. Nuestro subconsciente elige trozos de información para nuestra mente en base a lo que hemos programado que queremos buscar. Identifica tus creencias y reemplaza las que no te estén sirviendo.

12. La meditación es algo que hace la gente en un cojín al amanecer

Puedes meditar y reflexionar todo el día mientras vas y vienes en tu vida. Párate y siente el peso de tu cuerpo en tu sitio, la sensación de la tela contra tu piel y el ligero roce del aire en tu cara. Respira hondo y relájate por completo. Examina tu cuerpo y busca sensaciones, simplemente observando, sin hacer ningún juicio.

13. Cuando damos algo, perdemos algo

Dar y recibir son una cosa en realidad. Cuando se da a alguien sin condiciones, ya sea un regalo físico, un cumplido o parte de tu tiempo, gana el que da y el que recibe. No sólo experimentas satisfacción y alegría, sino que además el karma, Universo o como quiera que llames a la “ley del retorno” te lo devolverá.

14. Tenemos que descifrarlo todo

Nos han enseñado a confiar en nuestra mente, pero no en nuestra intuición o voz interna que nos guía. Cuando te enfrentes a un problema o te falte claridad, aprende a confiar en tu mente y en su sabiduría; a menudo en forma de una intuición, una señal fortuita o un momento de casualidad espontánea.

15. Tenemos que ser más realistas

Mucha gente piensa que la felicidad diaria es un logro impracticable y que deberíamos ser más realistas. La felicidad es EL objetivo definitivo de nuestras vidas; merece la pena intentarlo y además es alcanzable.

Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de The Huffington Post y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano
 
 

sábado, 7 de febrero de 2015

¿Cuál es la mejor (y la peor) postura para dormir?

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Un tercio de nuestro día lo pasamos durmiendo, o eso deberíamos hacer. Ya sabemos que el descanso es fundamental tanto para estar frescos en nuestro día a día como para recuperarnos de nuestros entrenamientos: dormir bien y dejar reposar nuestros músculos y nuestra mente es importante para rendir al máximo en los días sucesivos.

La postura en la que dormimos determina en buena parte la calidad de nuestro descanso. Piensa en cómo te levantas cada mañana: ¿te arrastras hasta el lavabo para quitarte las legañas o te despiertas lleno de energía y dispuesto para afrontar los retos del día? Tu actitud nada más despertarte depende también de tu descanso de la noche anterior, por eso hoy veremos cuáles son las mejores (y peores) posturas para dormir.

Los expertos coinciden en que la peor postura para dormir, aquella que debemos evitar, es dormir boca abajo sobre nuestro estómago. En esta postura nuestra columna vertebral se encuentra totalmente desalineada y se genera una gran presión en la zona lumbar, lo cual puede hacer que nos despertemos con dolor de espalda. Además, si dormimos boca abajo tendremos que colocar el cuello con una rotación excesiva que puede dar lugar a molestias cervicales.

Si sufrimos dolor lumbar la mejor opción es dormir de lado con las dos piernas encogidas, en posición fetal. La curvatura de la espalda en esa posición libera tensión de las vértebras lumbares, aunque la alineación no es óptima. Para mejorar un poco esta postura podemos colocar un almohadón entre las piernas. Si dormimos de lado debemos evitar estirar una pierna y encoger la otra, ya que en ese postura la pelvis se encuentra girada.

La mejor postura para dormir es boca arriba, sobre nuestra espalda, pero debemos tener en cuenta un par de puntos: por un lado, lo más correcto sería dormir sin almohada para conseguir una correcta alineación de nuestro cuello. Si estamos muy incómodos, hay que escoger una almohada con el grosor adecuado: que no sea ni muy alta ni muy baja, el valor de referencia sería que la barbilla quedase paralela a los pies de la cama, o al menos que no se junte demasiado con el pecho. Colocar una almohada debajo de las rodillas es otro pequeño gesto que podemos hacer para mejorar la alineación de nuestra columna mientras dormimos.

Por último, no debemos olvidar cuidar nuestros colchones y almohadas: es necesario voltear los colchones de forma regular y renovarlos cuando sea necesario (por norma general, cuando veamos que el colchón pierde firmeza: suelen durar unos 8 años). Las almohadas deben estar limpias, y no sólo las fundas, sino también su interior, ya que es muy usual la proliferación de ácaros y bacterias en ellas.

¿Qué postura adoptáis vosotros para dormir?

Fuente: Vitonica.com

 

lunes, 2 de febrero de 2015

Cuatro ejercicios para crecer unos centímetros

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¿Cuántas veces le han dicho —en concreto su madre— “ponte derecho”, “estírate”, “estás encorvado”...? Confesémoslo: es uno de los grandes consejos maternales que menos seguimos. Y trae consecuencias… No nos saldrá chepa, pero lo que comienza, quizá, por simple dejadez, termina traduciéndose en centímetros de menos. “La adopción de una postura incorrecta, por falta de tono de la musculatura que mantiene erguida nuestra columna vertebral nos hace disminuir de talla. Y si esta falta de tono se mantiene en el tiempo, nuestra espalda acaba adoptando esa posición de forma permanente. Esto es muy frecuente en adolescentes, personas que trabajan mucho tiempo sentadas y mujeres con mucho pecho”, explica la doctora María Ángeles de los Santos Martín-Bejarano, especialista en Medicina Deportiva y directora médica de la Clínica Beiman para Barceló Montecastillo. “Además, al ir encorvados, provocamos acortamiento y tensión en la musculatura, lo que con el tiempo nos producirá dolor, rigidez en las articulaciones y pérdida de movilidad. Para más inri, esta mala postura puede llegar a producir tensiones en otras regiones de nuestro cuerpo, como la pelvis o las piernas, y causar una lesión a largo plazo”, advierte la experta.

Afortunadamente, tiene arreglo. “Siempre que no exista una patología en la columna se puede corregir con ejercicio físico y buena higiene postural”, prosigue María Ángeles. Marcos Flórez, nuestro experto en deporte, diseña para usted un programa para conseguirlo: “Podrá comprobar su eficacia midiéndose antes y después de entrenar. Eso sí: pasadas unas dos horas lo normal es volver a medir más o menos lo mismo que al inicio... No se desilusione: al cabo de unas semanas de ejercicio los resultados se mantendrán en el tiempo”, puntualiza el entrenador.

Abdomen, retroversión de pelvis con los pies en el suelo

Túmbese bocarriba y apoye completamente las plantas de los pies. Inspire y, al tiempo que expira, bascule la pelvis cerrando el hueco lumbar. Desde esta posición intente alargar su cuerpo como si alguien tirara de una cuerda anclada a su coronilla. Mantenga la posición durante cinco segundos. Haga cinco repeticiones.

Abdomen, plancha y flexión de cadera

Tumbado bocabajo en el suelo, pase a apoyarse tan solo en pies y manos, con el cuerpo completamente recto (y despegado del suelo). Inspire y vaya soltando el aire a la vez que eleva las caderas hacia el techo. Una vez no pueda subirlas más, empuje con las manos hacia el suelo para estirarse. Regrese a la segunda posición (apoyado sobre pies y manos y sin tumbarse de nuevo). Haga cinco repeticiones de cinco segundos cada una.

Lumbares, glúteos y hombros

De nuevo tumbado bocabajo, extienda los brazos por encima de la cabeza. Separe un brazo del suelo y haga lo mismo con la pierna contraria, a la vez que intenta alargarlos todo lo posible. Mantenga esta posición durante cinco segundos. Cambie de lado y repita el ejercicio. Ejercite cada lado cinco veces.

Abdominal oblicuo

Túmbese bocarriba, coloque un brazo a lo largo del tronco (junto a él) y flexione la pierna del mismo lado. Extienda el otro brazo por encima de la cabeza y alárguelo, junto con la pierna de ese mismo lado, tanto como pueda. Mantenga la posición durante cinco segundos. Desde ahí, arquee ligeramente el cuerpo lateralmente hacia al lado contrario de las extremidades que esté estirando. Mantenga cinco segundos. Cambie de lado, y repita todo cinco veces.

Fuente: Suplemento Buena Vida de El País