domingo, 10 de mayo de 2015

Piernas cansadas: causas y tratamiento

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La sensación de piernas pesadas se caracteriza por la “pesadez” en las extremidades inferiores al intentar movilizarlas, caminar, o simplemente al mantenerse de pie. Estos síntomas a menudo aparecen con más frecuencia e intensidad en las épocas de calor y cuando la presión atmosférica es baja.

Esta sensación a menudo no implica la existencia de una enfermedad concreta o de importancia, pero en ocasiones puede ser debida a un problema de la venas de las extremidades inferiores conocida como insuficiencia venosa crónica y que debe ser correctamente evaluada y diagnosticada por un médico.

La insuficiencia venosa crónica provoca que las venas de las piernas presenten cierta dificultad a la hora de enviar la sangre de vuelta desde las piernas al corazón de un modo eficiente, y facilita la acumulación de líquidos o sangre en las zonas inferiores de las piernas, dando la sensación conocida como de piernas pesadas.

Algunos factores de riesgo que pueden ser causa o efecto de la insuficiencia venosa crónica son los factores genéticos, el género femenino (puede estar relacionado con los niveles de algunas hormonas), la edad, la obesidad, el embarazo, permanecer sentado o de pie durante largos periodos de tiempo o tener antecedentes de trombosis venosa profunda.

Los síntomas más frecuentes suelen ser un dolor más o menos intenso en las piernas (sobre todo en las partes más bajas), sensación de pesadez o calambres en las extremidades inferiores, hormigueos y picor.

En algunos casos también se puede observar una hinchazón de la zona, presentando la parte baja de la pierna un aumento de su diámetro y volumen, incluso con la piel de la zona como “tirante” y “brillante”. Si con mucho cuidado se presiona con un dedo la zona inmediatamente superior al tobillo, se puede observar durante algunos minutos la marca que ha dejado el dedo por la presión (fóvea), debido a que con la presión ejercida con el dedo “deshinchamos” la piel de esa zona.

Tratamiento


El dolor y el hinchazón generalmente empeoran al estar de pie y mejoran al permanecer sentados o estirados con las piernas en posición horizontal. Para ayudar a aliviar los síntomas de las piernas pesadas es necesario evitar permanecer sentados o de pie durante largos periodos de tiempo, especialmente en las épocas de calor, así como ejercitar las piernas (caminar o hacer ejercicio suave) para ayudar a bombear los líquidos desde las piernas de nuevo hasta el corazón gracias a la acción de la musculatura de las piernas.

También se recomienda el uso de medias compresivas (medias “descanso”) para disminuir la hinchazón de la zona afectada y mejorar la funcionalidad del sistema venoso de las piernas.

Es muy recomendable evitar usar ropa ajustada alrededor de los muslos para ayudar a la función de las venas de la zona inferior.

Baños con agua tibia y sales


Un remedio casero para las piernas cansadas realmente muy sencillo son los baños de agua tibia, tan sólo tienes que dejar reposar tus piernas dentro de un cubo de agua tibia que te cubra por lo menos toda la pantorrilla. Al agua tibia puedes agregarle sal marina, la misma sal de mesa que usas para tus comidas, o también comprar sales de baño naturales, o incluso algunas hierbas relajantes y desinflamatorias, como por ejemplo malva.

Ejercicio físico y piernas elevadas


Aquellas personas que tienen problemas de circulación deberían realizar algún tipo de actividad física aeróbica (caminar, correr, andar en bicicleta), por lo menos tres veces por semana. La actividad física ayudará a mejorar tu circulación, lo cual aliviará tus dolores y evitará la aparición de varices. Poner las piernas en alto después del esfuerzo físico también ayuda a normalizar la circulación de la zona, provocando alivio inmediato. Puedes poneras sobre una silla con algún cojín o, tumbado en la cama o sofá, apoyarlas en la pared formando una “L” con el cuerpo.

Infusiones circulatorias


Si la causa de tus piernas cansadas se debe a la mala circulación, puedes beber diariamente algunas infusiones que funcionan como estimulantes naturales de la circulación. Por ejemplo el ginkgo biloba es un potente circulatorio natural, puedes prepararlo y beber dos tazas de este té al día, notarás inmediatamente los cambios; además podrás aprovechar su gran cantidad de propiedades.

Masajes


Tal vez este sea uno de los más placenteros remedios para las piernas cansadas, los masajes en las piernas son muy estimulantes de la circulación, además ayudarán a desinflamar y aliviar el dolor. Además si utilizamos un aceite esencial (como el de ciprés que estimula la circulación, actúa como un potente desinflamatorio, calmante y antirreumático) el efecto será todavía más potente.

Es mes tenéis la oportunidad de disfrutar de una sesión de quiromasaje circulatorio en pernas por apenas 30€ (sesión de 45 minutos). Además de las manipulaciones pertinentes para reestablecer el correcto flujo sanguíneo en la zona, haremos una serie de estiramientos para una completa movilización de los miembros. Con apenas una sesión ya se notan cambios inmediatos, como alivio de la hinchazón, sensación de ligereza y aumento del drenaje linfático en las piernas.

Contato: 655 316 238 o por el correo: kelequiromasaje@gmail.com

Fuente: Dra. Elisabeth Herrero i Vila y Dr. Jordi Esquirol i Caussa (mafre.com)
              imujer.com

viernes, 17 de abril de 2015

Para estar sentado también hay que entrenar!

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Para ser capaces de soportar sentados toda la jornada laboral, además de hacer pausas frecuentes que incluyan ejercicios de movilidad y flexibilidad (fundamentales), debemos mantener una posición adecuada y contar con una musculatura suficientemente fuerte y resistente. “Son dos características que se alimentan mutuamente: cuando una de ellas falla la otra se resiente”, asegura Marcos Flórez, entrenador personal. Por supuesto, un escenario de trabajo adecuado ayuda. “Asegúrese de que la silla se encuentre a la altura necesaria y el teclado a la distancia suficiente para que los codos se apoyen en la mesa y los hombros estén relajados; y sitúe el monitor de tal manera que no tenga que subir ni bajar la barbilla, evitando así tensiones en el cuello”, añade. Con estas sencillas pautas y los siguientes ejercicios irá aumentando su umbral de resistencia.

Piernas, extensión de rodilla tumbado supino


Bocarriba, con las manos bajo las caderas y las rodillas sobre estas, extienda las piernas todo lo que pueda. Si deja los brazos como en la imagen, en cruz, el ejercicio es más duro para la musculatura abdominal. Desde aquí, flexione las piernas hasta que el tobillo esté a la altura de las rodillas. Haga tres series de 10 repeticiones.

Lumbares, extensión de tronco desde sentado


Sentado, flexione el tronco hasta enfrentar el pecho a los muslos (con las piernas flexionadas). Una vez en esa posición, comience el movimiento contrario hasta volver a llevar el tronco a su posición más erguida. Haga tres series de 10 repeticiones.

Flexibilidad, escápulas y dorsal


De pie, como en la imagen, flexione el tronco, lleve los hombros hacia delante para sentir el estiramiento en la zona escapular y entonces flexiónese lateralmente. Repita la flexión lateral a cada lado. Haga los movimientos lentamente y tómese el tiempo necesario para sentir cada posición. Espire en cada posición de estiramiento. Repita durante cinco minutos.

Abdomen, flexión de tronco 


Tumbado bocarriba y con las manos detrás de las orejas, flexione el tronco ligeramente dejando la parte baja de la espalda siempre en contacto con el suelo. Si sube demasiado sentirá cómo trabaja la parte anterior del muslo más cercana a la cadera. Nunca lleve la barbilla al pecho. Suelte el aire al flexionar el tronco y tómelo al volver a la posición inicial. Haga tres series de tantas repeticiones como aguante.

Integrados, extensores de cadera, tronco y hombros


Tumbado bocabajo, despegue del suelo un brazo, el pecho y la pierna del lado contrario. Vuelva a la posición de inicio para poder comenzar la misma repetición con el lado contrario. Suelte el aire cuando despegue brazo, pecho y pierna. Haga tres series de ocho repeticiones. Vuelva a la posición de inicio para poder comenzar la misma repetición con el lado contrario.

Flexibilidad, cadera, zona lateral externa


Tumbado, como en la imagen, apoye un tobillo sobre la rodilla contraria. Lleve la rodilla en diagonal hacia fuera y hacia abajo tanto como sea posible y durante al menos dos minutos. Mantenga esa posición. Espire mientras haga el movimiento. Cambie de lado.


Fuente: Buena Vida, de El País

jueves, 9 de abril de 2015

Como elegir tu almohada perfecta (y decir adiós a moléstias en el cuello)

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Es posible que si tiene dolor de espalda o tensión en el cuello durante la noche o al levantarse su almohada no esté siendo una buena aliada de su descanso.

"La complexión física o la postura preferida para dormir determinan qué tipo de almohada es la más adecuada para cada persona", introduce José Ignacio Normand, jefe de servicio de Traumatología del Hospital Sonsoles (Ávila). Se trata de que, al acostarnos, la columna vertebral quede recta, como cuando permanecemos de pie. Es decir, que desde el comienzo de las cervicales al final de la espalda, esté alineada.

¿Las reglas de oro para elegir la que más nos conviene? La primera norma es que es recomendable dormir siempre con almohada: sujeta la cabeza y favorece que adoptemos una posición natural en la que nuestra musculatura se encuentre relajada; "dormir sin almohada", advierte Francisco J. Márquez Dorsch, jefe de servicio de Otorrinolaringología del Hospital Sanitas La Moraleja (Madrid), "haría que el cuello estuviera inclinado forzando una postura antinatural durante muchas horas".

Nuestra almohada afecta directamente a las cervicales y, en consecuencia, a toda la espalda. "En la zona del cuello", argumenta Márquez, "hay múltiples articulaciones, ligamentos y músculos en los que se acumulan tensiones durante el día; para que estas estructuras se relajen durante las ocho horas de sueño, deben permanecer en una posición cómoda". Los dos factores que hay que tener en cuenta en el momento de elegir una almohada son la altura y la firmeza. 

Si duerme boca abajo. La dureza y el material del que esté fabricada también tienen relevancia para un buen descanso. Para las personas que duermen boca abajo "se recomienda una almohada blanda y fina", explica Alejandro Peña, jefe de marca de Pikolin, "que permita que la cabeza quede alineada con el cuerpo como si estuviéramos de pie". 

Boca arriba. Para descansar boca arriba o si cambiamos mucho de postura, "una almohada de firmeza y grosor intermedios es muy oportuna". 

De lado. Una almohada muy alta y dura hace que forcemos nuestro cuello y lo tengamos excesivamente levantado; una demasiado blanda y baja hará que el cuello caiga, perdiendo esa alineación que resulta perfecta. El doctor Márquez da la fórmula matemática para elegir los centímetros de grosor que debe tener la almohada 10: "Basta con medir la distancia que va desde el extremo del hombro a la cara. Se puede hacer colocándose de pie con un hombro apoyado contra la pared y midiendo la distancia que queda de la pared a la oreja; al resultado se suman entre dos y cuatro centímetros dependiendo de la dureza de la almohada". En definitiva, alguien con hombros anchos necesitará una almohada más gruesa que otra persona de hombros más estrechos. 

Contra los ronquidos. La mejor posición para descansar y evitar dolores de espalda y problemas respiratorios (como la apnea o los ronquidos), según recomienda la doctora Clara Beltrán, especialista en Otorrinolaringología y en Medicina Subacuática e Hiperbárica, "es la de cubito lateral o fetal": de lado y con la columna recta. El Síndrome de Apnea Obstructiva se produce, explica Márquez, "por un cierre de la vía respiratoria motivada por la relajación muscular durante el sueño (la vía respiratoria se obstruye especialmente, a nivel del paladar y de la base de la lengua)". Pero existen casos en los que solo aparecen apneas en una posición –apneas posturales–, "sobre todo boca arriba", matiza Beltrán, "con lo que se debe intentar evitar que estos pacientes duerman es esa posición. Si dormimos boca arriba, una almohada demasiado alta no favorece la respiración, ya que nos hace flexionar la cabeza hacia adelante y obstruye las vías respiratorias". Para ellos, apunta Márquez, "existen almohadas especialmente diseñadas, que obligan a quien las usa a adoptar una postura de lado y evitar con ello el cierre de la vía respiratoria".

Elijamos la que elijamos, hay que recordar que la duración de una almohada suele ser de unos dos o tres años, dependiendo del uso y del número de lavados efectuados; a partir de ese momento, empiezan a perder sus características iniciales.

Todo lo dicho es apto para mayores pero, ¿qué hacemos con los niños? ¿Desde cuándo pueden usar almohada? "Los bebés tienen la cabeza más grande en proporción al cuerpo que los adultos", aclara Márquez; por eso, al dormir, su cabeza queda alineada con el cuerpo y no necesitan usar almohada. "Podría ser recomendable que la utilizaran a partir del año de vida y debería ser pequeña, mullida y de material hipoalergénico".

Y un último consejo para parejas... Cuando se duerme en compañía, cada uno debería usar una almohada personalizada; en especial, si existe una diferencia importante de estatura o peso.

Tres materiales 


De fibra. Son muy cómodas y tienen una gran capacidad de recuperación; resultan transpirables y frescas, ya que permiten la circulación del aire por el interior, favoreciendo la absorción de la humedad, además, "como son totalmente lavables", informa Alejandro Peña, jefe de marca de Pikolin, "favorecen una mayor higiene en el descanso". 

Viscoelásticas. Tienen excelentes propiedades de "adaptación y termosensibilidad, ya que se adaptan perfectamente a la forma de la cabeza, proporcionando un mayor soporte y favoreciendo un completo descanso cervical". 

De látex. De textura suave y agradable, "tienen una estructura interna de células abiertas que permite una mayor ventilación e higiene". 

Fuente: Buena Vida, de El País

lunes, 16 de marzo de 2015

Ejercicios sencillos para fortalecer los pies

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Los pies…esta parte tan importante y a la vez tan negligenciada de nuestro cuerpo! En este post quiero compartir algunas formas sencillas y a la vez muy placenteras de entrenarlos y conseguir fortalecerlos para mejorar su estado general.

El pie es una parte importante del cuerpo, ya que soporta el peso y está presente en casi todas las actividades que llevamos a cabo. Por ello es esencial que lo sepamos mantener fuerte, ya que muchas veces se producen dolores en la planta o incluso en los tobillos. Para evitar esto y conseguir unos músculos y articulaciones fuertes en el pie podemos realizar una serie de ejercicios focalizados en esta zona.


Rodar una pelota con la planta del pie


En primer lugar vamos a trabajar toda la musculatura de la planta del pie. Para ello vamos a utilizar una pelota de tenis (si no tienes una a mano, un limón también puede servir) que colocaremos debajo de la planta y sobre ella lo que haremos será deslizar el pie. La manera de hacerlo será lenta y controlada, haciendo especial hincapié en zonas como el empeine, el puente y la parte delantera del pie, doblando los dedos hacia abajo como si fuésemos a coger la pelota con ellos. Este ejercicio lo podemos hacer sentados o de pie, pero lo importante es aislar al máximo la parte trabajada y conseguir así fortalecer la zona. Realizar de dos a tres series de un minuto con cada pie.

Ejercicios para los dedos y para la agilidad del pie 


Otro ejercicio que podemos realizar para fortalecer es muy sencillo. Simplemente consistirá en elevar los dedos de los pies hacia arriba y hacia abajo. A simple vista parece un ejercicio sencillo, y lo es, pero también es muy útil. Este ejercicio fortalecerá los dedos y los dotará de más flexibilidad.

Otro ejercicio que podemos realizar también tendrá mucho que ver con adquirir destreza en los pies, concretamente en los dedos. Para ello lo que haremos será colocar una toalla o un trapo estirado debajo del pie e intentar encogerlo debajo mediante la acción y el movimiento de los dedos. De este modo ganaremos fuerza y agilidad en esta parte del pie, además de ayudar a fortalecer todos los músculos del empeine y reforzar el tobillo.

La misma operación la podemos realizar con un bolígrafo, solo que en esta ocasión lo que haremos será intentar agarrar el bolígrafo con los dedos de los pies para moverlo de lugar. A simple vista parece un ejercicio sencillo, pero es complejo y servirá para conseguir mucha destreza y agilidad, concretamente en los dedos, además de ganar más control sobre los mismos. 

En último lugar os recomiendo caminar de puntillas para así fortalecer la parte delantera de los pies y toda la zona de los gemelos. Con ello lo que conseguiremos será fortalecer todos los músculos que forman el tobillo, haciendo que esta articulación esté más protegida. Con estos sencillos ejercicios conseguiremos mejores resultados y tener un menor riesgo de lesionarnos al practicar cualquier actividad.

Fuente: Vitonica.com
 

miércoles, 18 de febrero de 2015

Como prevenir las contracturas más habituales

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Seguro que en más de una ocasión hemos tenido alguna contractura en cualquier parte del cuerpo. Siempre digo que los masajes y los estiramientos son una buena manera de evitarlas o mitigarlas, pero la prevención y la corrección postural es esencial, sobre todo en determinadas contracturas. En este post os quiero dar algunos consejos para evitar las más habituales.

La zona lumbar y la cervical suelen ser las más afectadas a la hora de contracturarse, por ello es necesario que sepamos detectar lo que estamos haciendo mal y cómo evitarlo. Prevenir es la base de todo, y más en estos casos, ya que los esfuerzos y los malos hábitos son nefastos a la hora de evitar hacernos daño. Al final no dedicar unos minutos a controlar estos aspectos pueden tener una serie de consecuencias peores para todos nosotros.

Contracturas en la zona cervical


Las contracturas de la zona cervical suelen ser muy comunes en la gente que trabaja frente a un ordenador, y es que la postura es importante a la hora de evitar este malestar. Utilizar una buena silla es el comienzo, además de mantener la espalda recta al sentarnos, la cabeza mirando al frente y no al teclado, ya que al bajarla estaremos doblando la columna en la parte cervical, aumentando la tensión en la zona y propiciando el dolor.

Evitar adelantar los hombros al escribir en el teclado es otro punto a tener en cuenta si no queremos sufrir de dolores en la espalda. Lo ideal es apoyar toda la espalda sobre la silla, y que esta cubra toda la espalda, no que quede a la mitad, ya que de este modo parte de la tensión la soportaría la parte cervical. Además, los brazos deben quedar a los lados reposados, cuando estemos escribiendo en el teclado. De este modo la tensión disminuirá y con ello el riesgo de lesionarnos.

Contracturas de la zona lumbar


La parte lumbar es otra de las que se suele cargar de manera habitual. Esto suele deberse a que no sabemos equilibrar bien el peso del cuerpo y lo descargamos en esta zona, haciendo que nos duela esta parte en exceso. Normalmente puede deberse a que arqueamos demasiado la espalda o a que a la hora de caminar, estar de pie, correr… no descargamos bien el peso en las piernas o lo hacemos solamente en una.

Para evitar esto es importante que seamos conscientes de la importancia que tiene saber estar de pie. Colocar las piernas equilibradas y paralelas, de modo que aguanten toda la carga del cuerpo. Si puede ser, doblar ligeramente las rodillas será una buena manera de repartir la tensión por toda la pierna. A esto hay que sumar el uso de calzado adecuado con un poco de tacón, como 2 centímetros, para evitar sobrecargar la zona lumbar y repartir mejor la carga.

Fuente: Vitonica.com 

lunes, 16 de febrero de 2015

Mitos dañinos sobre la vida que hay que desterrar

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Aquí os dejo una pequeño listado de mitos que deberíamos olvidar desde ya mismo por nuestra salud mental y emocional. Habrán muchos otros, basta con que paremos a pensarlo. No olvidademos que si queremos cambios en nuestras vidas los que primero tenemos que cambiar somos nosotros mismos!
 

1. Sólo hay una definición de éxito

Y esto implica una carrera consolidada, una casa grande, un buen cuerpo, un matrimonio y vacaciones todos los años. Todo el mundo tiene su propio camino por recorrer en esta vida; lo que aporta el verdadero significado y satisfacción difiere entre cada uno de nosotros. Olvídate de encajar en el statu quo establecido. Vive, trabaja, sal, juega, crea, viaja, come, bebe, muévete, ríete y canta lo que te apetezca y haga que te sientas bien con tu alma. Ése es el verdadero éxito.

2. La vida siempre tiene que ser dura

La vida debe ser fácil, bonita y rebosante de momentos de alegría y felicidad. Cuanto más escuches a tu alma y construyas una vida para ti, más naturales y sencillas te parecerán tus acciones. Si la vida es una lucha constante, corres por el vacío y temes los lunes, es hora de echar un vistazo sincero a tu vida (de forma cariñosa).

3. La vida ocurre sin más

El lugar donde estás ahora es consecuencia de las decisiones que tomaste en el pasado. El lugar donde estarás en el futuro es consecuencia de las decisiones que estás tomando ahora mismo. Eres participante activo de la creación de tu vida. Así que acepta tu poder como creador y empieza a elegir los pensamientos, palabras y acciones que tienen un impacto positivo y que te serán devueltas en un millón de bonitas formas.

4. Hay algo que llamamos normal, así que todos debemos medirnos en base a ello

No existe el humano normal, pero sí un tú normal en el que eres completamente tú, te quieres profundamente y piensas y actúas de forma acorde con tu alma. Que tu compás interno sea tu único punto de referencia.

5. Existe un nosotros y un ellos

Dibujamos una línea alrededor de nuestros círculos sociales y familiares, dejando fuera a quien no encaje exactamente con nuestra definición de normal, interesante o digno de nuestra atención. Todo el mundo tiene diferentes aptitudes, pasiones y manías, pero también todo el mundo tiene la misma luz en el interior. Tú tienes la misma que yo, la misma que el desconocido del bus y la misma que aquel al que consideras tu enemigo.

6. Tenemos que competir por recursos limitados

La vida tiene que ser abundante y sin límites. Creamos la escasez porque creemos en ella, en vez de concentrar nuestros esfuerzos en generar, dar y contribuir con nuestro talento para ayudar a la humanidad a alcanzar su máximo potencial. Relájate, respira hondo y siente que siempre tendrás un apoyo.

7. La felicidad procede de cosas externas

Hacemos que nuestra felicidad dependa sólo de factores externos, como nuestra apariencia, saldo bancario, trabajo, planes de viajes, posesiones y la opinión de los demás. Y sufrimos por ello. La felicidad verdadera y sostenible viene de dentro, de cultivar la mente y el pensamiento basándose en la gratitud, la reflexión y la aceptación.

8. Tener resentimientos y envidias es una parte natural de la vida

Cuando sentimos que alguien nos ha fallado, nos aferramos a la memoria y no se nos olvida en semanas e incluso años. De lo que no conseguimos darnos cuenta es de que nos convertimos en rehenes. Según el dicho budista, "guardar rencor es como coger unas brasas para tirárselas a alguien; eres tú quien se quema las manos". Que el perdón sea tu nuevo lema. Ya verás cómo tu alma se hace más libre y ligera.

9. Nos pasa algo

Estamos plagados de sentimientos de inadecuación e inutilidad, posponiendo la autoaceptación y el amor por uno mismo hasta un futuro en el que seamos más delgados, ricos, confiados y populares. Eres perfecto y completo simplemente tal cual eres. Aunque ansías mejorar y crecer, ya estás pleno. Como dice el proverbio budista: "Todos somos perfectos tal y como somos".

10. Importa lo que otras personas piensan de nosotros

Gastamos demasiada energía, fuerza y paz interna preocupándonos de lo que los demás piensan de nosotros. Lo cierto es que ni siquiera podemos saber lo que otras personas piensan de nosotros. Por tanto, cuando tu ego empiece a llenarte de dudas y miedo, recuerda que es una historia de ficción.

11. Vemos las cosas como son en realidad

La forma en que percibimos el mundo se ve muy influenciada por nuestras creencias y experiencias pasadas. Nuestro subconsciente elige trozos de información para nuestra mente en base a lo que hemos programado que queremos buscar. Identifica tus creencias y reemplaza las que no te estén sirviendo.

12. La meditación es algo que hace la gente en un cojín al amanecer

Puedes meditar y reflexionar todo el día mientras vas y vienes en tu vida. Párate y siente el peso de tu cuerpo en tu sitio, la sensación de la tela contra tu piel y el ligero roce del aire en tu cara. Respira hondo y relájate por completo. Examina tu cuerpo y busca sensaciones, simplemente observando, sin hacer ningún juicio.

13. Cuando damos algo, perdemos algo

Dar y recibir son una cosa en realidad. Cuando se da a alguien sin condiciones, ya sea un regalo físico, un cumplido o parte de tu tiempo, gana el que da y el que recibe. No sólo experimentas satisfacción y alegría, sino que además el karma, Universo o como quiera que llames a la “ley del retorno” te lo devolverá.

14. Tenemos que descifrarlo todo

Nos han enseñado a confiar en nuestra mente, pero no en nuestra intuición o voz interna que nos guía. Cuando te enfrentes a un problema o te falte claridad, aprende a confiar en tu mente y en su sabiduría; a menudo en forma de una intuición, una señal fortuita o un momento de casualidad espontánea.

15. Tenemos que ser más realistas

Mucha gente piensa que la felicidad diaria es un logro impracticable y que deberíamos ser más realistas. La felicidad es EL objetivo definitivo de nuestras vidas; merece la pena intentarlo y además es alcanzable.

Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de The Huffington Post y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano
 
 

sábado, 7 de febrero de 2015

¿Cuál es la mejor (y la peor) postura para dormir?

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Un tercio de nuestro día lo pasamos durmiendo, o eso deberíamos hacer. Ya sabemos que el descanso es fundamental tanto para estar frescos en nuestro día a día como para recuperarnos de nuestros entrenamientos: dormir bien y dejar reposar nuestros músculos y nuestra mente es importante para rendir al máximo en los días sucesivos.

La postura en la que dormimos determina en buena parte la calidad de nuestro descanso. Piensa en cómo te levantas cada mañana: ¿te arrastras hasta el lavabo para quitarte las legañas o te despiertas lleno de energía y dispuesto para afrontar los retos del día? Tu actitud nada más despertarte depende también de tu descanso de la noche anterior, por eso hoy veremos cuáles son las mejores (y peores) posturas para dormir.

Los expertos coinciden en que la peor postura para dormir, aquella que debemos evitar, es dormir boca abajo sobre nuestro estómago. En esta postura nuestra columna vertebral se encuentra totalmente desalineada y se genera una gran presión en la zona lumbar, lo cual puede hacer que nos despertemos con dolor de espalda. Además, si dormimos boca abajo tendremos que colocar el cuello con una rotación excesiva que puede dar lugar a molestias cervicales.

Si sufrimos dolor lumbar la mejor opción es dormir de lado con las dos piernas encogidas, en posición fetal. La curvatura de la espalda en esa posición libera tensión de las vértebras lumbares, aunque la alineación no es óptima. Para mejorar un poco esta postura podemos colocar un almohadón entre las piernas. Si dormimos de lado debemos evitar estirar una pierna y encoger la otra, ya que en ese postura la pelvis se encuentra girada.

La mejor postura para dormir es boca arriba, sobre nuestra espalda, pero debemos tener en cuenta un par de puntos: por un lado, lo más correcto sería dormir sin almohada para conseguir una correcta alineación de nuestro cuello. Si estamos muy incómodos, hay que escoger una almohada con el grosor adecuado: que no sea ni muy alta ni muy baja, el valor de referencia sería que la barbilla quedase paralela a los pies de la cama, o al menos que no se junte demasiado con el pecho. Colocar una almohada debajo de las rodillas es otro pequeño gesto que podemos hacer para mejorar la alineación de nuestra columna mientras dormimos.

Por último, no debemos olvidar cuidar nuestros colchones y almohadas: es necesario voltear los colchones de forma regular y renovarlos cuando sea necesario (por norma general, cuando veamos que el colchón pierde firmeza: suelen durar unos 8 años). Las almohadas deben estar limpias, y no sólo las fundas, sino también su interior, ya que es muy usual la proliferación de ácaros y bacterias en ellas.

¿Qué postura adoptáis vosotros para dormir?

Fuente: Vitonica.com

 

lunes, 2 de febrero de 2015

Cuatro ejercicios para crecer unos centímetros

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¿Cuántas veces le han dicho —en concreto su madre— “ponte derecho”, “estírate”, “estás encorvado”...? Confesémoslo: es uno de los grandes consejos maternales que menos seguimos. Y trae consecuencias… No nos saldrá chepa, pero lo que comienza, quizá, por simple dejadez, termina traduciéndose en centímetros de menos. “La adopción de una postura incorrecta, por falta de tono de la musculatura que mantiene erguida nuestra columna vertebral nos hace disminuir de talla. Y si esta falta de tono se mantiene en el tiempo, nuestra espalda acaba adoptando esa posición de forma permanente. Esto es muy frecuente en adolescentes, personas que trabajan mucho tiempo sentadas y mujeres con mucho pecho”, explica la doctora María Ángeles de los Santos Martín-Bejarano, especialista en Medicina Deportiva y directora médica de la Clínica Beiman para Barceló Montecastillo. “Además, al ir encorvados, provocamos acortamiento y tensión en la musculatura, lo que con el tiempo nos producirá dolor, rigidez en las articulaciones y pérdida de movilidad. Para más inri, esta mala postura puede llegar a producir tensiones en otras regiones de nuestro cuerpo, como la pelvis o las piernas, y causar una lesión a largo plazo”, advierte la experta.

Afortunadamente, tiene arreglo. “Siempre que no exista una patología en la columna se puede corregir con ejercicio físico y buena higiene postural”, prosigue María Ángeles. Marcos Flórez, nuestro experto en deporte, diseña para usted un programa para conseguirlo: “Podrá comprobar su eficacia midiéndose antes y después de entrenar. Eso sí: pasadas unas dos horas lo normal es volver a medir más o menos lo mismo que al inicio... No se desilusione: al cabo de unas semanas de ejercicio los resultados se mantendrán en el tiempo”, puntualiza el entrenador.

Abdomen, retroversión de pelvis con los pies en el suelo

Túmbese bocarriba y apoye completamente las plantas de los pies. Inspire y, al tiempo que expira, bascule la pelvis cerrando el hueco lumbar. Desde esta posición intente alargar su cuerpo como si alguien tirara de una cuerda anclada a su coronilla. Mantenga la posición durante cinco segundos. Haga cinco repeticiones.

Abdomen, plancha y flexión de cadera

Tumbado bocabajo en el suelo, pase a apoyarse tan solo en pies y manos, con el cuerpo completamente recto (y despegado del suelo). Inspire y vaya soltando el aire a la vez que eleva las caderas hacia el techo. Una vez no pueda subirlas más, empuje con las manos hacia el suelo para estirarse. Regrese a la segunda posición (apoyado sobre pies y manos y sin tumbarse de nuevo). Haga cinco repeticiones de cinco segundos cada una.

Lumbares, glúteos y hombros

De nuevo tumbado bocabajo, extienda los brazos por encima de la cabeza. Separe un brazo del suelo y haga lo mismo con la pierna contraria, a la vez que intenta alargarlos todo lo posible. Mantenga esta posición durante cinco segundos. Cambie de lado y repita el ejercicio. Ejercite cada lado cinco veces.

Abdominal oblicuo

Túmbese bocarriba, coloque un brazo a lo largo del tronco (junto a él) y flexione la pierna del mismo lado. Extienda el otro brazo por encima de la cabeza y alárguelo, junto con la pierna de ese mismo lado, tanto como pueda. Mantenga la posición durante cinco segundos. Desde ahí, arquee ligeramente el cuerpo lateralmente hacia al lado contrario de las extremidades que esté estirando. Mantenga cinco segundos. Cambie de lado, y repita todo cinco veces.

Fuente: Suplemento Buena Vida de El País
 

martes, 20 de enero de 2015

¿Cómo reconocer si tienes una buena postura?

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Tener una buena postura corporal no sólo trae beneficios estéticos, sino también, favorece el rendimiento y ayuda a prevenir molestias o lesiones. Por eso, hoy te ayudo a reconocer si tienes una buena postura o si por el contrario, necesitas trabajar con tu cuerpo para mejorarla.

Lo primero que puedes hacer para saber si tienes una buena postura corporal es observarte, pararte o sentarte frente a un espejo, debes dibujar una línea imaginaria que divida tu cuerpo a la mitad y comparar ambos lados, una buena postura debería propiciar la simetría entre ambas partes, es decir, aunque no exacta, los hombros, orejas, ojos, caderas y rodillas deberían estar a igual altura.

También puedes observarte de lado en un espejo y mirar con atención las curvas de tu columna, debe existir una cifosis en tu columna dorsal a nivel de las costillas y una a nivel de la columna sacra, es decir, en estas zonas debe existir una curva hacia afuera, mientras que debe existir una lordosis o curvas hacia adentro en la zona lumbar y cervical, pero presta atención a la pelvis, esta no debe estar ni hacia atrás ni hacia adelante, los hombros no deben estar caídos pues esto significaría una mayor cifosis que lo normal en la columna dorsal, ni tampoco debe existir una hiperlordosis lumbar que genere glúteos más prominentes.

En esta imagen puedes comparar tu propia imagen frente al espejo, sabiendo que la primer postura es una postura adecuada:



Otra prueba que puedes hacer es colocar encima de tu cabeza un libro e intentar andar sin que estos se caigan, debes mantener la espalda recta y los hombros relajados. Si los libros no se sostienen mientras te deslizas, posiblemente tengas los hombros caídos hacia adelante o al revés una hiperlordosis lumbar que los desliza levemente hacia atrás. Por lo tanto, necesitas corregir tu postura.

Para corregir tu postura hay múltiples opciones, puedes realizar gimnasia correctiva con profesionales conocedores del tema, puedes realizar reeducación corporal global o puedes fortalecer los músculos que favorecen una buena postura corporal con ejercicios orientados por entrenadores capacitados.

Ya sabes, comienza por reconocer si tienes una buena postura o si por el contrario, necesitas ocuparte de ella para evitar futuras consecuencias.

Fuente: Vitonica.com
 

viernes, 16 de enero de 2015

Dolor muscular constante: busca el tratamiento!

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Todos hemos tenido, antes o después, alguna molestia muscular: en el cuello, espalda, brazos, piernas... Puede ser por un ejercicio intenso, por el esfuerzo del entrenamiento o por lesiones por los esfuerzos cotidianos. Lo que hay que valorar de esa molestia muscular es si puede aliviarse simplemente con reposo o si necesita tratamiento para aliviarse.

El dolor de espalda es muy frecuente en la población, ya sea en el cuello, zona dorsal o lumbar. Pero que sea frecuente no significa que haya que resignare: hay que poner remedio. Las molestias musculares pueden aparecer rápido, pero no irse si no se les da el tratamiento adecuado.

Si es un problema puntual, producido por un sobreesfuerzo, por un entrenamiento excesivo... Es posible que el simple reposo sea suficiente para aliviar el problema. Pero lesiones que pasan de semanas, meses, incluso años molestando tienen poca tendencia a aliviarse por sí solas.

Hay personas que refieren: "que siempre les ha dolido la espalda" o que "cada vez que corren les duele un músculo" y lo ven normal. No tiene sentido sufrir sin tratar de poner remedio. No se trata de medicalizar todo, y de acudir a urgencias a cada molestia después de hacer ejercicio, pero hay que diferenciar entre molestia y entre una lesión muscular que se está instaurando y no se alivia.

Problemas musculares que tienen solución relativamente simple pueden terminar generando dolencias crónicas y problemas en otras regiones; también tendrá tratamiento, pero ya no será más sencillo.

Ejercicio, masaje, movilizaciones, estiramientos, vendaje funcional, punción seca... Hay muchas técnicas eficaces para aliviar y eliminar problemas musculares, pero esperar muchas veces no funciona, así que pongamos remedio de forma precoz, para que una molestia leve no se convierta en un problema serio.

Fuente: Vitonica.com

miércoles, 14 de enero de 2015

¿Qué emociones oculta un esguince?

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Un esguince, torcedura o distensión ligamentosa es una lesión de los ligamentos por distensión, estiramiento excesivo, torsión o rasgadura, acompañada de hematoma,  inflamación y dolor que impide continuar moviendo la parte lesionada.

Se origina al afectarse la región articular por acción mecánica (la exigencia de un movimiento brusco, excesiva apertura o cierre articular, movimiento anti-natural), o por violencia (caída, golpe).

No debe confundirse con la luxación, la cual es una lesión más severa que involucra el cambio de posición de la articulación y la separación de sus huesos. Ni tampoco con el desgarro, que es la lesión del tejido muscular.

Los esguinces pueden darse en cualquiera de nuestras articulaciones, aunque si bien es cierto el esguince más común es el de tobillo y muñeca. En ellos se produce una distensión o incluso rotura de los ligamentos.

Las articulaciones representan la flexibilidad y capacidad de adaptación a las diferentes situaciones en la vida. Una torcedura nos puede indicar que aplicamos frenos personales en nuestro cotidiano, nos resistimos o vivimos con inseguridad frente a las direcciones que tomamos (tobillo) o en lo que hacemos (muñeca) actualmente o lo que podría hacer en una nueva situación.

Por eso, en la próxima vez que sufras un esguince, intentes ver qué es lo que andas frenando, qué nos trae esta inseguridad y, de esta manera, evitar futuras molestias. El cuerpo y la mente son una sola máquina, que no nos olvidemos nunca.

Fuentes: wikipedia.org
                blogdepiesymanos.com
 

viernes, 9 de enero de 2015

21 cosas por las que dejar de preocuparse en 2015

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Ahora que comenzamos un nuevo año, hay mucho sobre lo que reflexionar: mantras, propósitos, objetivos… Pero enero también es un buen momento para hacer inventario de lo que nos estresa y en lo que perdemos tiempo y energía.

Aquí van 21 cosas que nos tienen que dejar de importar en 2015. ¿Qué añadirías?

1. Limpiezas con zumos depurativos. Hay que llamar al pan, pan y reconocer que lo de la limpieza tiene más que ver con una rápida pérdida de peso que con una cuestión de salud. Si ese es tu objetivo, hay formas más saludables y duraderas… Y con alimentos sólidos.

2. Llevar calcetines parejos. Un día encontraremos la tierra de los calcetines perdidos. Pero hoy no es ese día.

3. Hacer planes con gente a la que en realidad no quieres ver o hacer cosas que no quieres hacer. Las relaciones por obligación no son buenas en ningún caso. Aunque te haya invitado alguien a quien adoras, si preferirías comerte la mano antes que salir de fiesta, puede que sea mejor decir que no.

4. Las personas que no entienden la importancia del feminismo de Beyoncé. ¡Bye, bye!

5. Preocuparse por encontrar a la persona adecuada. Preocúpate más por hacer cosas divertidas y no por el estatus de soltero.

6. Romper Internet. Si no está roto, ¿por qué romperlo?

7. Conseguir miles de me gusta en Facebook/Twitter/Instagram. Guárdate esa tostada con aguacate y esas bonitas puestas de sol para tu propio deleite. Y a la mierda los me gusta.

8. Cualquier cosa que diga Princeton Mom. Las chicas solteras no necesitan su "conversación sin tapujos". Ni víctimas de violaciones ni ninguna mujer.

9. El miedo a perderse algo (FOMO, en inglés). Mejor concentraos en disfrutar de verdad las cosas que estáis haciendo en ese momento.

10. Avergonzarse por llevar mallas de deporte en público. ¡Es que son cómodas!

11. Perder esos dos kilitos. Hay muchas cosas que saben mejor que la delgadez.

12. Ponerse zapatos incómodos. Ir cojeando de dolor hace cualquier experiencia mucho menos agradable.

13. Preocuparse porque tu relación amorosa no cumple todos los requisitos de las listas de "179.000 formas de saber que sois la pareja perfecta" que circulan por Internet.

14. Sentirse culpable por irse temprano a la cama. El amor verdadero significa no tener que pedir perdón por tus ciclos naturales de sueño.

15. Sentirse culpable por quedarse en la cama hasta tarde el fin de semana. Claramente, nos encanta dormir.

16. No aparecer tal y como tus amigos y familiares (bienintencionados) piensan que deberías ser. Si hay algo por lo que haya que manifestarse, ya te motivarás.

17. Comer alimentos sin gluten. A menos que seas celíaco, claro está.

18. Planear algo *~#épico~* para todos los cumpleaños. Trata de llevar una vida sencilla. Tomarse algo en un bar o hacer una barbacoa al aire libre puede ser tan divertido (o más) que pagar una cena cara para 28 personas seguida por otras cinco actividades complejas.

19. Dar más pasos al día en Fitbit que tus amigos de Fitbit. El ejercicio es maravilloso para la salud física y mental. Mejor usarlo como motivación que para competir o vencer a tus amigos.

20. Personas que no dan un colín por ti. Una vez más… ¡bye, bye!

21. Intentar hacer feliz a todo el mundo todo el tiempo. Haz lo que puedas y ahórrate el resto. Tampoco está mal que dediques algún rato a tu felicidad.

¡Y feliz 2015 a todos!

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de The Huffington Post y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano.


miércoles, 7 de enero de 2015

GUIA DE PRECIOS 2015

Pasadas las fiestas navideñas, ya podemos decir que el año, laboralmente hablando, ha empezado. Para ayudarte a volver a la rutina con ánimo renovado, os dejo la nueva lista de precios para este año de 2015. Recordad: los precios son orientativos, no dudes en consultar otras condiciones. Lo más importante es la voluntad de cuidarse y mantener mente y cuerpo equilibrados. Os espero!

Masaje descontracturante

1h – 50€/ 1h30 – 75€

Masaje relajante

1h – 45€/ 1h30 – 60€

Masaje californiano

1h – 45€/ 1h30 – 60€

Masaje deportivo

1h – 50€/ 1h30 – 75€

Masaje mix (relajante/ descontracturante)

1h – 45€/ 1h30 – 60€

Masaje en espalda

30m – 25€/ 45m – 35€/ 1h – 40€

Masaje para piernas cansadas

30m – 25€/ 45m – 35€/ 1h – 40€

HORARIO DE ATENCIÓN

Lunes a Viernes: 10h a 14h
Sábados: 11h a 17h
Citas sólo con antelación al teléfono: 627 689 319