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Para empezar a comprender qué es el quiromasaje nos hace falta retroceder en la História para encontrar sus orígenes y aplicaciones. La palabra “quiromasaje” proviene del griego ( “quiro” (mano); “massein” (amasar, remover) y se hace referencia a ella por primera vez en el siglo pasado. Esto no quiere decir que la práctica del masaje no hay sido utilizada o conocida por otras civilizaciones anteriormente. Chinos, hindús, romanos, egípcios, gregos e italianos ya hacían uso del quiromasaje desde tiempos muy remotos.
Aunque el masaje es casi tan antiguo como el propio ser humano, y proviene de un instinto tan natural, primordial y necesario como el de ” tocar y ser tocado”, el quiromasaje como se conoce actualmente fue creado por el Dr. Vicente Lino Ferrándiz (Barcelona, 1893-1981) quien diseño, compiló, desarrolló y enseñó durante el siglo XX las técnicas naturistas y manipulativas que posteriormente dieron origen al quiromasaje como arte y ciencia en pro del bienestar y la salud de las personas, diferenciándolo así del masaje realizado por aparatos.
Es cierto que aprendí un protocolo a seguir, decenas de
manipulaciones y variantes, anatomía, fisiología, desbloqueos y un sin fin de
pautas, todo ello muy necesario para ser un buen masajista. Pero sobretodo lo
que tengo muy presente es la importancia de la sensibilidad, del tacto, la intuición y una gran dosis de respecto, afecto y cariño
hacia los demás. Los pacientes también
son personas con sentimientos, angustias y dolencias. Sobretodo, al realizar un
masaje, tengo muy presente mis deseos más profundos de sanar al paciente y
liberarle de sus molestias que acaban por mermar su salud.
Cuando toco a un paciente para aplicarle un
tratamiento, él no sólo recibe mis fricciones, amasamientos, remociones... Recibe
además sensaciones, estímulos, sonidos, olores, calor y parte de mi magnetismo
y energía vital.
A los que nunca se han sometido a un quiromasaje, les
recomiendo que lo prueben y, de poder ser, con diferentes terapeutas, para ir
descubriendo su propio cuerpo, sus sensaciones y para que vayan acostumbrándose
a vivir con una energía más equilibrada. Déjense tocar, déjense curar,
permítanse sentir el toque consciente y sanador porque el quiromasaje es, por
encima de todo, un gran acto de amor.
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