jueves, 14 de agosto de 2014

Psico-somatización II

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Volviendo al tema de las psico-somatizaciones, hoy quiero abordar el tema con un enfoque más detallado de la espalda, el sostén de nuestro cuerpo y donde mayoritariamente cargamos con todo el peso de todo, tanto de nuestro propio peso canto de nuestros problemas. Así que vamos por partes.

Dolor de espalda


Si no se es consciente de la conexión mente-cuerpo, podemos encontrarnos, a veces, indefensos ante un dolor inexplicable. Las emociones tienen sus leyes, algunas veces no son reacciones adecuadas, comprensibles o racionales ante nuestra experiencia, algunas veces lo que sentimos no se corresponde con el concepto que tenemos de nosotros mismos. El dolor, en éste caso, puede ser una señal que nos lleve a tomar conciencia de algún aspecto de nuestra forma de ser que ha quedado en la sombra, relegado por nuestros mecanismos de defensa.

Cervical


Los músculos de esta zona se tensan para amortiguar algo temido (reacción de lucha o huida). La tensión continuada causa dolor en los pequeños músculos a lo largo de las vértebras cervicales a ambos lados del cuello. Si los músculos de un lado se contraen más, el cuello puede llegar a desviarse lateralmente. Lo más frecuente es que el dolor de cuello lo provoque una persona, una situación o una tarea. Suele ser, además, repentino: alguien o algo no nos gusta, nos produce irritación o desagrado. El contacto continuado con esa persona o situación deriva en resentimiento.

Si no se hace nada contra el dolor, la contracción de los músculos puede llegar a presionar las raíces nerviosas de la médula espinal, hasta provocar un problema grave (como una hernia discal), necesitado, en algunos casos, de cirugía para aliviar la presión. Es muy común que el dolor de cuello desaparezca al poco tiempo de advertir su sentido, o de resolverse la causa que lo produjo.

Dorsal


Hay un dolor conocido, que aparece de forma repentina e intensa en la zona dorsal, que es provocado por un espasmo muscular (calambre, contracción involuntaria del músculo, que puede hacer que se endurezca o abulte) entre las costillas y bajo los omóplatos. Si persiste este espasmo, puede dar lugar a una contractura muscular.

Este dolor se asemeja a una puñalada en la espalda, que es la expresión física de la vivencia emocional de una traición: por ejemplo, un amigo que le cuenta a una tercera persona un secreto muy íntimo para nosotros que sólo compartíamos con él.

El hecho de exteriorizar verbalmente los sentimientos de traición o de reconocer la envidia, es suficiente para que el músculo se relaje y el dolor remita.

Lumbar


Es un dolor frecuente, que puede aparecer de repente, o desarrollarse poco a poco. La musculatura de la articulación lumbo-sacra se tensa y se comprimen los discos intervertebrales, a la vez que se provocan espasmos musculares en toda la zona próxima. El dolor puede llegar a resultar tan intolerable, que incapacite a la persona y acabe postrada en cama. En muchos casos puede convertirse en un trastorno crónico.

La tensión lumbar asemeja el cargar con un gran peso, y es la expresión física de la vivencia emocional de cargar con una excesiva y continuada responsabilidad o culpabilidad (normalmente respecto a otras personas) Esta carga de responsabilidad o culpa puede ser real (a consecuencia, por ejemplo, de un ascenso en el trabajo que implique mayor responsabilidad) o imaginaria.

Emocionalmente el deseo es recibir agradecimiento, descansar, recibir atención de otros. Cuando el dolor persiste, y, como decía antes, la persona acaba en la cama, entonces puede realizar éste deseo... Ya saben ustedes..: todo es mente. ellos. Ella quiere ser más baja, y entonces su cuerpo puede reflejar ese deseo produciendo una curvatura lateral de su columna.

Fuente: todoesmente.com

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